Muchos clientes del Título X en Nebraska son recién llegados al estado y al país. Están aprendiendo a navegar por todo, desde carreteras rurales y autopistas hasta distritos escolares y atención sanitaria. La Dra. Vilma Rodríguez-Cline, médico de medicina familiar en Good Neighbor Community Health Center en Columbus, entiende la lucha de comenzar una nueva vida en un mundo que era tan extraño para ella como ella lo era para él.
Cuando era niña, su familia llegó a Estados Unidos y sus padres fueron de un trabajo agrícola a otro por todo el país hasta que hicieron de Kearney su hogar. Cree que su historia ayuda a eliminar barreras cuando atiende a sus clientes. La mayoría de sus pacientes son hispanohablantes y, a menudo, inmigrantes. Esta historia compartida le permite conectar con ellos a un nivel que no suelen encontrar en los entornos sanitarios. Contar con antecedentes similares le ha permitido ofrecer una atención culturalmente sensible y eficaz.
"Me preocupo por la gente. Soy un consejero, un oyente. Atiendo al paciente en su totalidad. Nací en El Salvador y vine aquí cuando tenía 11 años", explica. "Fui la primera chica [de mi familia] que terminó el instituto. Después del instituto, fui a [la Universidad de Nebraska] Kearney y luego al UNMC".
Cline trabajó brevemente en la práctica privada, pero sintió que no era para ella. Ella luchó con el pensamiento de los pacientes que la habían seguido desde su trabajo anterior en un centro de salud comunitario en Norfolk y la barrera del costo que les esperaba en su oficina de práctica privada. Al acercarse su tercer aniversario en Good Neighbor, Cline sabe que está donde debe estar cuando entra a trabajar cada día.
"Ser médico es una vocación. Dios había puesto en mi corazón servir a los demás", dijo.
Cline dice que tiene pacientes que viajan desde lugares tan lejanos como Lexington, a más de 240 kilómetros, para recibir sus cuidados. El compromiso de Cline con ellos es igual de profundo y a menudo se centra en ello cuando tiene que darles noticias difíciles.
"Rezo una pequeña oración y respiro hondo. Y, a veces, lloro con ellos y rezo con ellos", dijo.
Al igual que muchas clínicas rurales, el equilibrio que supone prestar asistencia durante una pandemia presenta retos únicos que exigen soluciones únicas. Good Neighbor cambió los horarios para acomodar a sus clientes de planificación familiar por las mañanas y a los pacientes que podían haber estado enfermos de COVID-19 por las tardes.
Cline cree que esta estrategia les permitió atender a sus clientes con éxito y seguridad. Además, cree que la experiencia de aprendizaje fortaleció a todo el equipo. Espera que esta fortaleza sirva para mejorar la situación de sus pacientes.
En última instancia, Cline dijo que quiere que todos los clientes que puedan necesitar asistencia sanitaria sepan una cosa sobre Good Neighbor: "Aquí eres bienvenido".